No entiendo nada

Oír, ¡NO ENTIENDO NADA! es tan típico nuestro(ser humano) creo que lo aprendemos rápido a decir,  así como la primera palabra más usual es mamá  la primera frase es, ¿no entiendo?.

Nos grabamos tanto esa frase, que la convertimos en una muletilla más, y resulta que cuando ocurren esos momentos Bombas de "¿Qué paso aquí?" el, no entiendo, se desvanece y predomina la incertidumbre.

Hoy en el calendario parecía un día más, pero no, fui a una misa de mes de partida y la incertidumbre predomino en ese templo.

El sacerdote  narraba sucesos, entre metáforas y parábolas pero lo extraño era que  sonaba a discurso aprendido, donde el sentimiento parecía que se le quedo ahí al lado, en otra hoja.

Me pregunto, si se supone que estas misas que ofrecen los familiares es para sentir un poco de luz, por qué entonces dejan todo nublado.

Soy consciente que no siempre se tiene "buen día", pero aunque suene radical, hay profesiones en la que no puedes darte ese lujo de "mal día", pienso que cuando te apasiona algo y vives para eso, ese momento es mágico, y cuando metes al mal día como excusa es que, "eso", a lo que te dedicas no te gusta, simplemente lo haces por obligación por costumbre porque es lo correcto.

Sacerdote, médic@, arquitect@, abogad@, albañil, secretari@, porter@, bacteriólog@, ingenier@, electricista y seguiría porque somos tod@s, no hay ninguna profesión u oficio más importante que otro todas son necesarias e indispensables.

Si el Cura hoy hubiera tenido empatía con los dolientes entendería el ¡no entiendo nada!

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